viernes, 15 de mayo de 2009

Pobre libro tuyo




Voy a comenzar este blog de la misma forma que comenzó otro, acá paso el link. Aunque mi visión no es la misma.

Fuimos ricos, cultos, educados y decentes. En unas cuantas décadas nos convertimos en pobres, mal educados y corruptos. ¡Geniales! La indignación me tritura el cerebro, la ansiedad me arde en las entrañas y enrojece todo el sistema nervioso. Acudo hoy al subgénero del panfleto -eléctrico, insolente, visceral- para decir lo que siento sin tener que poner notas al pie o marear con citas. Lo que quiero transmitir es tan fuerte y claro que debo escupirlo.

Así empieza el libro. La verdad es que después de una mueca de gracia malintencionada me queda una pregunta flotando en el aire. ¿Quienes? Las clases acomodadas o el pueblo llano (llamado en estas épocas de elecciones soberano). Según Aguinis, el país del que habla es el de los primeros constituyentes inspirados por Alberdi. Y es ahí donde le encuentro respuesta a mi pregunta:
-¡Está hablando de los acomodados!-grito eufórico, con un eureka que se atora en mis cuerdas bocales.
Y es acá donde me pongo serio. Si hay un mito que ronda este país, un mito grande cómo la patria es ese de: "Acá eramos un país rico", "Este era el granero del mundo", "Aguinis es escritor", etc. Verdades tan verdaderas cómo cualquier mito de barrio. "Que Aguinis escribe bien", "que si decís tres veces Marcos frente al libro, él se materializa y te cuenta un cuentito para que te duermas contento y feliz", "Que la Argentina no termina en la general paz, acaba en Corrientes y Pueyrredon". Pero son leyendas urbanas, nada más. La Argentina de finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX tenía una taza de mortalidad infantil obsena, provincias del norte Argentino dejadas al amparo de las limosnas que recibían del puerto de Buenos Aires, analfabetismo generalizado, barbarie.
Pero claro, Aguinis sabe a quien le escribe: gente que cree que las AFJP eran entidades de bien social, que se alimentan de los noticieros para hacer el recuento de muertos del día antes de trabar todas las puertas, que son capaces de armar escándalo dentro de una librería porque no tienen mil ejemplares de nuevo libro de Cavallo junto a los quinientos de Ari Paluch, etc.
Marcos, te propongo el comienzo de tu próximo panfleto. Se que no parece tan recoleto, pero no tengo tu prosa rococó.

La culpa la tienen los pobres por votar cómo votan. Ellos siempre votan para hacernos daño. Por eso nunca van a progresar; porque son cabezas, negros y vagos.

Al menos parece un poco más sincero. Pero no te preocupes por hablar de las jubilaciones de privilegio (¿Quién dijo eso?), de la manipulación mediática, del empobrecimiento intelectual (Ya no del pueblo llano, sino de los intelectuales). Hacé lo mismo de siempre, habla mal del gobierno cuando no te dan trabajo y de los pobres cuando te afilías con algún candidato (Blanquito, bobo y neoliberal). Es eso o podés dedicarte a pedirle trabajo a los chicos de Loaded y empezar a criticar juegos de Play 3. Total a vos te saldría de taquito.
En definitiva, un libro escrito a las apuradas (Antes que mis amigos ganen las elecciones), con una tipografía tan grande que me hace doler la cabeza, parece que cada párrafo pasa por un altoparlante, que se lee rapidísimo por lo corto (Aunque para mí pudo economizar un poco más su prosa) y que al final (Si uno es una persona que utiliza la cabeza para pensar) tiene gusto a nada.

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿Por qué no voy a la feria del libro de Buenos Aires?



Vivimos en una época de grandes cantidades, más que de grandes calidades o cualidades. Ya nadie se pregunta si la última película sobre Wolverine es buena o no, siempre hay quien te pregunta primero:
-¿Cómo le fue en la recaudación?- y lo dicen con tal ansiedad que uno se pregunta si no hablo con el productor.
Claro que no soy de los que creen que un disco, un libro o un videojuego, por tener bajas ventas deba ser catalogado de inmediato como una buena obra. La mayoría de los productos culturales que venden poco se lo tienen merecido.
Sin embargo el éxito o el fracaso, en cuanto a ventas, es una cuestión de fortuna o marketing en la mayoría de los casos. Dudo que Ari Paluch se gane el premio Cervantes, por más miles de libros que venda y señoras babosas y faltas de cariño que se lo escuchen por radio. Ya sé Ari, lo mio es una desviación de mi karma áurico, que por efecto doppler tira para el lado del lila y no el verde manzana que usan las almas elevadas, quizás debido a un exceso de análisis y pensamientos.
Pero si hay algo en mundo que se ha vuelto una orgía de cantidades, es la feria del libro, el lugar donde los analfabetos funcionales buscan autógrafos o se sacan fotos con la primera cara conocida que encuentran.
-Pero la feria del libro de Buenos Aires es un evento que promueve la lectura.- Pensara alguno.
Si la mitad de las personas que va a la feria leyera la mitad de los libros que se recomienda que un humano lea a lo largo de un año, no habría tanta gente vagando por los pasillos con la mirada perdida, con cara de me consigo una foto con Horangel o Ludovica y me voy a ver showmatch.
La feria es tan buen promotor de la lectura, como una bodega lo puede ser la sobriedad. Llenos de libros por acá, por allá, los vendedores no tienen ni la más mínima idea de lo que venden ( Excepto las promotoras de revista gente, saben que el semanario tiene de ser posible lo mismo que ellas, pechos y traseros). Así que si la Feria promociona la lectura, hace por lo menos 35 años que viene fallando, que yo sepa es casi la misma cantidad de años en los que el libro vienen en decadencia.
A veces es patético ver a un autor querido lanzado sobre un escenario para hablar de su nuevo libro y no sabe qué decir (aparte de las preguntas zonzas, a falta de una palabra menos ofensiva, que les hace el público)
Pienso que en el fondo es la celebración más rara de la historia, propongo un slogan para el próximo año:
36 feria del libro de Buenos Aires "Donde los brutos* miran tapas de libros"

* Y digo brutos y no ignorantes porque lo último tiene cura porque es un problema social... Lo primero tiene síntomas y los vemos cada vez que hay elecciones.

martes, 5 de mayo de 2009

Un día de sol




Tuve poco menos de diez segundos para comprender del todo que pedalear tiene cierto parecido con la escritura.
Cada vez que busco molestar a alguien todo lo decide el clima. Si hay nubes y viento elijo un papel y una lapicera. Si hay sol prefiero pedalear. Porque es cierto, el mundo no está hecho para la escritura ni para las bicis. Habrá algún que otro carril exclusivo por ahí de cincuenta o cien metros, o cada tanto se acuerdan de recordar con tristeza a algún buen escritor que por ignorancia no saben que aún no murió. Pero nada más. Los padres rezan por las noche para que sus hijos no piensen cómo Perez Reverte o salten cómo Dave Smutok.
En el fondo los buenos escritores comparten con los buenos ciclistas la misma imagen bohemia, contracultural y cansada. Sobre todo en Ladinoamerica, donde la medida del éxito es cuantas sanguijuelas tu cuerpo puede alimentar antes de fallecer.
Por eso me gusta colarme entre los autos de la misma forma en que puedo dibujar con palabras un suspiro de resignación, subir a la vereda o inventar alguna mentira divertida, saltar obstáculos en el camino o empezar toda una hoja de vuelta, que la garganta atore toda la saliva de mi boca en un salto o cuando dejo que alguien más lea algo que escribí.
Dicen que los freerider son vándalos, que los ruteros se apropian de las autopistas, etc. En realidad uno se siente al pedalear cómo cuando uno escribe, que no hay lugar para uno. Circuitos cerrados, ningún bikepark público, bicisendas con cartel y todo que no tiene más de medio kilómetro.
Por eso no me sorprende, luego de vagar quince o veinte kilómetros, que la gente me mire con incredulidad o sorpresa. La misma mirada que usan cuando acaban de leer algo que acabo de escribir. Las dos son iguales se basan en la acumulación de pequeños esfuerzos que uno despliega por gusto, pero más que nada terquedad.

lunes, 4 de mayo de 2009

Superman all star



De este lado del hemisferio siempre tuvimos una predilección por la clandestinidad, los atajos legales. Eso es lo que representa Batman. El lado oscuro de una sociedad que no quiere cambiar el orden de las cosas, sino desplegar sobre una ciudad el miedo.
Superman a primera vista siempre representó sentimientos más ingenuos, pero por desgracia siempre prevaleció un significado proestadounidense en sus acciones, es su héroe y de nadie más. ( Y la verdad es que en el reparto de héroes, se llevaron la mejor parte, méritos de ser la primer democracia moderna)
Pero Superman All star es otra cosa.
En una misión de rescate al sol Superman sufre una sobrecarga de energía solar en sus células y estas empiezan a morir. Kal-el tiene cáncer y poco tiempo para llevar a cabo sus ultimos doce trabajos (no los detallo, porque no quiero arruinar la trama).
En primer lugar todo el tocho de setenta años de historieta quedan ligeramente de lado. La liga de la justicia, su muerte , resurrección y la ciudad embotellada se las nombra al pasar, pero el casamiento con la señorita Lane nunca pasó, Lex Luthor es una mente científica criminal extraordinaria no un empresario corrupto, etc.
Sin embargo el cambio sustancial en esta serie fuera de continuidad es Superman pasa a ser un héroe solar, mucho más universal que su homónimo de la serie regular. Pero lo más llamativo es su personalidad: aquí es un tipo mucho más campechano, que se da el lujo de sonreir cuando puede, de llorar, sentirse cansado y este Superman habla (Y sobre todo hace chistes), lejos de la imagen de mármol anodina de siempre. Lo raro es que al final, luego de explotar esta nueva personalidad, una de las últimas imágenes es la de un Superman que se aleja por completo de la idea que uno tiene de él.
Según Grant Morrison, el guionista, quiso pensar en un Superman más cercano al pueblo, porque en cierta forma cada vez que alguno de nosotros tiene que enfrentarse con un desafío la primer imagen que nos surge es abrirnos la camisa y tratar de convertirnos en el hombre de acero
Uno al leerla se siente que acaba de visitar a un amigo de la infancia que hace mucho no veíamos, supimos cosas de él y nunca dejamos de estar en contacto, y al final, cuando la última hoja se voltea sabemos que acabamos de verlo por última vez, él se fue y nosotros somos un poco más maduros que al principio. Habrá otros héroes, pero nadie cómo el que nos murmure al hombro después de salvarnos:
-Sos mucho más fuerte de lo que pensás.

sábado, 2 de mayo de 2009

Esto es seguro un repost



Al escribir Maradona en google recibo éste resultado. Es realmente un número ejemplar de sitios para un sólo hombre. Si Internet fuera mi biblioteca, habría una cantidad millonaria de libros sobre Diego en mi hogar, casi todos tendrían una portada y una extensión diferente, pero superada la lectura de cierta cantidad (incluidos los que están a favor y los que están en contra) todos se parecerían demasiado. Es hay donde me hago una reflexión: será que el CONOCIMIENTO es infinito, pero a la larga se vuelve REDUNDANTE.
La gran mayoría de lo que uno ve en televisión, en los diarios, la radio, los discursos políticos, este post es redundante. Sin embargo... ¿Por qué?... ¿Hay demasiada gente y muy pocas ideas?¿A todos nos gusta lo mismo?
No tengo la respuesta.
Pero al menos tengo una idea (que tampoco debe ser original) pero me imagino si algún día dentro del algoritmo de google o yahoo existiera un recurso que elimine del resultado los simples copy&paste. Creo que con eso solamente la mayoría de los resultados no pasarían de cien mil, en el mejor los casos.
Porque si en este tema hay algo que siempre me llamó la atención es el plagio (O repost). al comienzo sonreía cuando alguien transcribía fielmente un artículo o texto ajeno con un permiso al final que decía fuente. Ahora imagino el tiempo que el redactor original se pasó investigando o hasta fabulando y ya no me causa tanta gracia.
Pero es raro que esa misma necesidad de copiar pueda ser algo beneficioso. Que en esa sumatoria de escombros de información pueda existir algo de valor, tal vez el precio de la información es cavar hasta encontrar algo nuevo. Tal vez hay muchos que deben sentir orgullo al ver que otro copió y repitió su artículo en alguna parte lejana de Internet, transformado a este último en un voceador de palabras ajenas. No sé, yo me sentiría mucho mejor si alguien tomara mis palabras y las devolviera al mundo con algo novedoso.
Es sólo un deseo.

"El Terror" de Dan simmons



Cada vez que visito una librería pienso en los textos que encuentro a mi alrededor, dentro de los estantes que me rodean dentro. En eso paso por varias porquerías del mes: novelas rosas, novelas rosas de terror, el libro de un pelado que se cree gracioso y reflexivo... Toda una marea de papel desperdiciado... Hasta que me topo con: El terror.
Reconozco al autor de inmediato. Dan Simmons.

No voy a decir que el tipo es un genio, mejor voy a contarles lo que él debe hacer cada mañana. Creo que se levanta temprano, tiene pinta de ser de esos tipos que se bañan y afeitan antes de desayunar. La mujer es media vaga, de esas que se levantan después de las once. Lo digo con envidia, me da rabia no ser de esas personas que un día van a despertar y descubran que el mundo cambió mientras dormían. Sin embargo, la cosa es que Dan ( Así nos tuteamos) luego del baño sale a comprar el diario, compra medio kilo de pan, media docena de bola de fraile (La mujer hace dieta), y vuelve para desayunar cómo un rey. Solito, sin que nadie le diga nada porque moja las bolas en el Toddy mientras lee el diario.
En eso el tipo dice:
-¿Qué me escribo hoy? -se rasca la pera y pone cara de "estoy pensando, no me molesten" -Me hago una de terror histórico.
El tipo ahí nomás se levanta de la mesa (Deja todo donde está, la mujer después lo levanta, es una loca de la limpieza) camina hasta su estudio, pone un cartelito de silencio en la puerta y dos meses después aparece con un montón de hojas amarillentas escritas a máquina, en cuya portada figura un título: EL TERROR.
Otro novelón.
Si no me creés andá a cualquier supermercado y comprá Illion 1 y 2... o a cualquier librería de usados y preguntá por Verano tenebroso o Vampiros de la mente.
En el terror la cuestión es la supervivencia en un ambiente hostil. En éste caso: el ártico. Dos barcos, a mediados del 1800, el HMS Erebus y el HMS Terror; buscan un viejo mito: el paso del noroeste, que les va a permitir dar la vuelta al mundo mucho más rápido. Pero fracasan y quedan varados. Expuestos a los elementos, con el alimento agotándose, y sin un sólo tiro balanceado. Un día lindo en este lugar es con 15Cº bajo cero, y para colmo de males algo los está matando uno a uno.
Así escribe:

"Era el único hombre que se movía entonces, caminando junto a los hombres y mirando hacía la nieve, el hielo y el granizo que los rodeaba, como si se estuviese fraguando alguna travesura infantil. La luz era más fuerte ahora, a medida que la tormenta pasaba hacia el este y se alejaba. Eran casi las dos de la mañana y la nieve y las capas de granizo seguían intactas más allá de las piedras.
-Teniente -insistió Best -. Es Tom Hartnell.
-¿Qué pasa? -exclamó Gore. Empezaba su tercer recorrido del espacio.
-Que no está aquí. Me acabo de dar cuenta... No está con nosotros desde que salimos de la tienda.


Si te gusta el terror, placer de principio a fin. La forma en que describe cómo tus dientes pueden estallar de tanto tiritar por el frío, es imperdible. Si no te gusta el terror y lees novelas de Danielle Steel, ni siquiera te asomes a la contratapa.

jueves, 30 de abril de 2009

De generos y soportes


Vagando por Internet me crucé con un artículo que refiere a una nueva moda, se llama "Blogonovela: un nuevo genero literario". No me interesa polemizar sobre si la blogonovela tiene relevancia en el contexto mediático actual o no, prefiero profundizar sobre una malinterpretación bastante común que hay cuando se habla de medios y géneros.
Un Medio comprende la emisión y recepción de un mensaje entre personas o grupos de personas que comparten un código en común. Por ejemplo: la voz humana. Si me dedico a improvisar versos en voz alta en un parque de mi barrio estoy utilizando un medio. Hay un emisor (Yo), un receptor (La gente que me mira con incredulidad por la tontería que hago), un mensaje (mis versos) y un código compartido (La lengua y el reconocimiento de mi acción)
Un Género es un horizonte de expectativa que un mensaje puede generar y nos permite discriminar en categorías reconocibles para cada tipo de texto en particular a partir de una generalización. Un libro de terror es un libro de terror porque asusta, uno de ciencia ficción por que habla de eventos futuros o juega con las posibilidades que tal o cual dispositivo tecnológico o saber científico posee. Esto le confiere al género una plasticidad increíble. No sólo existen géneros en los medios de comunicación, cuando uno habla de una fiesta el horizonte de expectativa es diferente si aclaro que es un cumpleaños, una despedida de año o la inauguración de una casa nueva. Claro que uno puede ser más específico y preguntar que tipo de fiesta de cumpleaños es: un primer año o una fiesta de quince. Eso se llamaría subgénero.
Pero que variables posee un genero para distinguir uno de otro. En primer lugar debemos hablar de la variable retórica. Volviendo a la película de terror tengo que hablar de una estructura de composición, el uso de ciertos montajes o puesta en escena, si es con monstruos tengo que buscar una figura que asuste, tal vez que transcurra de noche, etc. Tengo que elegir un grupo de variantes y una disposición que me permitan distinguirla como una película de terror.
Luego viene la variable temática o ¿Qué tipo de película de terror es? ¿Es con monstruos? ¿Es de terror metafísico? ¿Hay fantasmas?¿Brujas?... Porque no es lo mismo un hombre lobo que un zombie cada cual evoca temores que pueden parecerse a simple vista, pero donde el primero habla del primitivismo del ser humano (Un hombre que durante ciertas noches pierde el control total de sus censuras sociales), el último se distancia con una percepción más ligada al rol del humano dentro de la sociedad actual cuando a perdido el carácter de ser vivo (Los zombies son humanos que ya no pertenecen al mundo de los que viven y deben alimentarse de los que antes formaron parte de su vida). Claro que los dos incluyen un gran efecto final, ambos pueden devorarte.
La última variable es la enunciativa y es la que por lo general provoca esa confusión entre género y soporte (Medio). Aquí se pone en juego la recepción del texto en sí. Hay géneros que pueden ser mucho más poderosos en determinados soportes. La historieta de superheroes, tal y como cualquiera de nosotros la conoce (Con globos de dialogo, globos de pensamiento, trajes chillones, secuencialidad basada en imágenes estáticas) hasta hace poco era muy difícil transferirla al cine ( Donde los gráficos por computadora le dieron el impulso que necesitaban). Es muy difícil que Predator o Alien asusten en igual medida en un obra de teatro o en un libro contando la misma historia que cuentan en el cine. El ejemplo más acabado de esto es tal vez la Tragedia griega, cuya función era mucho más que el entretenimiento, se trataba de un rito colectivo. Por lo cual la variable enunciativa encierra en si misma la participación no sólo del ojo del o los espectadores, sino también a través de que otros dispositivos puede estar mediada.
El hecho de que nombre la tragedia griega no es casual. Por lo general las características de un genero suelen ser mucho más evidentes cuando su ciclo a terminado, aunque es posible que por diversas razones este puede reanudarse. Hace algunos años, alguien podía describir con facilidad una película de terror, cosa que con la llegada del cine japones de miedo nos resulta un tanto difusa.

Regresando entonces al tema de la Blogonovela, me parece que no hablamos de un género. En todo caso es un soporte para distintos tipos de géneros. Aunque hoy por hoy el rey es el relato de vida. Personas que por entregas nos confiesan o fabulan sobre sus experiencias cotidianas. Tal vez dentro de poco el panorama se abra hacia nuevos géneros, y es posible que desde este espacio nos dediquemos a recomendar alguna Blognovela.


miércoles, 29 de abril de 2009

Walking Dead

Todos tenemos algún monstruo que nos despierta algún grado de fobia. Un miedo tonto que por alguna razón nos obliga a cerrar los ojos o mantenernos temblando por un rato, pero por alguna razón tampoco podemos quedarnos lejos de ellos. Igual que en aquel refran maquiavelico:
"Tener las cosas que nos hacen felices cerca, pero las que nos asustan mucho más a mano."

Admito que siempre le tuve miedo a los zombies (O muertos vivientes). En mi terapia de shock habitual es común encontrarme con historias que por lo general no me provocan más que algún sobresalto casual, en el mejor de los casos. Hay excepciones: "Dawn of the Dead", "Day of the dead" o hasta algunos experimentos que en un principio fueron divertidos, como "Marvel Zombies".
Sin embargo (Y es aquí donde comienza el giro de mi análisis) hace menos de un año descubrí una historieta rara, de esas que une un buen guión, un dibujo más que correcto y una aceptación colectiva que va mucho más allá de lo legal. Se llama "Walking dead"
La historia es simple y directa. Un policía (Rick) en medio de un servicio de rutina recibe un balazo en el estomago, cuadro siguiente despierta en un hospital (Una imagen que se asemeja a 28 días después) En ese momento descubre que el mundo que lo rodea ya no es el mismo que había dejado al caer en coma. Ahora los zombies eran la especie dominante, vagando por los pueblos, el campo, las carreteras, las ruinas. Los humanos vivos sólo sobreviven al margen de cualquier forma de civilización (Algo evidente cuando Rick, auto erigido líder de un grupo de sobrevivientes decide que el mejor lugar para estar a salvo es encerrarse en una cárcel de máxima seguridad). Pero esta historia, en vez de centrar todo en los zombies, prefiere utilizarlos como desencadenantes de situaciones donde el terror pasa por momentos mucho más humanos y que se basan en preguntas simples: ¿Cómo rearmar la civilización cuando ya todo está perdido?¿ Es posible enamorarse en medio de la muerte?¿Qué pasa si durante una ausencia tu esposa tiene una relación con otro que ahora no está?¿Qué pasa si ella queda embarazada y no hay manera de saber si el bebé es tuyo?¿Cómo enfrentar el hecho de que lo peor no son los muertos, sino los vivos que aún quedan?
Por el lado del dibujo debo decir que los primeros números son más que correctos, pero los siguientes son simplemente impresionantes. Primeros planos, panorámicas, personares que miran al lector con una expresividad que desde el eternauta no veía.
Quizás una mención que no está de más es la cantidad de seguidores que esta historieta posee en España y Latinoamerica. Muchos de ellos no pueden leerla en ingles y por desgracia la editorial que tiene los derechos publica una recopilación de la misma cada cierto tiempo que va en detrimento de su continuidad. Cómo respuesta, una comunidad bastante activa se dedica a escanear, subir, bajar, traducir y volver a subir cada capítulo.
Recomiendo dejarse llevar por la magia de estos zombies, al menos en los primeros 60 episodios, que no te dejan respirar y llegan a grados de dramatismo pocas veces visto.

Lo malo de la crítica


Nunca fui muy amigo de la crítica, la valoro muy por debajo de la recomendación. Tal vez porque en muy pocas ocasiones me preocupo por lo que alguien crea que otro hizo mal. Claro que sí destaco lo que yo llamo actitud crítica y pasa simplemente por observar tal o cual objeto, medio, obra o lo que sea y tratar de hacerse una idea de porqué me produce placer o rechazo. En este caso es obvio que tal vez el estudio no esta centrado tanto en la obra o el objeto observado, sino más bien en el observador. Por eso voy a hacer una pequeña reseña sobre los críticos.
Existen tres categorías de críticos: Los Objetivos, los resentidos y los intelectualados.

Los objetivos suelen ser los más escasos. Son una mezcla de rigor periodistico y cierta timidez. Por lo general no abundan en comentarios o analisis demasiado largos que terminen. Saben que cada obra tiene su público, saben que el que lee tal o cual libro no se interesa o preocupa por tal o cual otra cosa. Prefiere advertir antes que destrozar y le encuentra a cada texto (Lease texto no sólo cómo libro, sino cómo cualquier medio en general) su destinatario.

A los resentidos los delata su afán por la competencia, la necesidad de valoraciones apresuradas y ese dejo de Todologos (Calidad profesional capaz de hablar, comentar o hasta polemizar sobre temas que no sabemos si conocen o no). Jamás demostraron tener cualidades para algo, ni siquiera para la que se dedican y por lo general hablan de oído o de contraoído (capacidad para estar en contra siempre de lo que tal o cual exprese). Algunos están bien disimulados, tratan de simular objetividad (De la misma forma que un demente simula cordura, exageradamente) pero siempre hay algo que los delata: Nunca tienen argumento o su único argumento directo es su gusto.

Los intelectualados, al menos los sinceros son muy escasos. Suelen ser personas que separan la estética del gusto. Es cómo aquella vieja discusión sobre si las cosas que nos parecen lindas también nos gustan. Algo lindo o feo es aquello que cumple con ciertas exigencias más o menos consensuadas sobre lo que debería ser. Por ejemplo: un auto que supera los trescientos kilómetros por hora es un auto rápido. Hay un dato objetivo y verificable alrededor de una cualidad que lo describe. Si a mí me parece que 300Km/h no alcanzan para mis ansias de velocidad, porque tal vez hay un vehículo que puede moverse a 305km/h y además es del color de mis ojos es otro tema. Pero, para regresar a los intelectualdos, si mayor virtud es la capacidad de componer argumentos sólidos (llenos de citas, referencias y datos) que conocen de primera mano. No le tienen asco a nada, porque saben que para encontrar lo mejor siempre hay que hundirse o ahogarse entre lo peor. Un obrero de la crítica

¿Por qué ponerme a hacer este análisis tan superficial?
Tal vez porque trato de auto evaluar que tipo de crítica vamos a tener por acá. Creo si tuviera que elegir me quedaría con el intelectualado, pero cada tanto tal vez abusemos un poco del primero y el segundo tipo de crítica.
Por último también aceptamos tu crítica, y no nos molesta si es furiosa o irrespetuosa, todo es parte del mismo fin.

martes, 28 de abril de 2009

Terramar ediciones


Entre tanta editorial que busca vender autoayuda de copy & paste hace no menos de un lustro empezó un emprendimiento editorial que todavía goza de buena salud, a pesar de la crisis. La premisa inicial era ofrecer libros escolares a un precio competitivo, casi de saldo. Pero sin apuro y mucho trabajo lograron construir un catalogo mucho más variado que abarca desde filosofía hasta historia.
Dentro de su extensa lista hay que mencionar una colección madura y otra en ciernes dedicadas a anarquismo y socialismo respectivamente.
Línea libertaria:
  1. Dios y el estado.
  2. Estatismo y anarquía.
  3. El anarquismo y Rosa Luxemburgo (Ambos de Daniel Guérin)
  4. La FORA ( Abad de Santillan)
  5. La voluntad del pueblo (Eduardo Colombo)
Y casi una veintena de titulos más.
En la linea socialista todo comienza con varios imprescindibles para salir bien pertrechado a la revolución:
  1. El manifiesto comunista
  2. La acumulación del capital de Rosa Luxemburgo
  3. La revolución rusa "Un examen crítico"
Junto a un par de libros más.
El resto de la colección la componen libros de filosofía con autores tan poco comunes de encontrar en ofertas como Habermas, weber o Benjamin. Las ediciones son austeras, pero en ningún caso decepcionan. Además, teniendo en cuenta los precios que hoy puede encontrar uno con editoriales como Catedra o Paidos, bien valen la pena. Sobre todo teniendo en cuenta que además algunos de los libros eran hasta hace poco inconseguibles.
Quizás el único punto flojo que encuentro es la falta de un catalogo online o al menos una página oficial de la editorial que permita darnos una idea un poco más clara de dónde podemos tener una impresión clara y una reseña de cada publicación que lanzan.
Tal vez esto último se deba a cierta coherencia con su línea anarquista, pero espero que puedan subsanarlo en poco tiempo... Lo de la página, no el anarquismo, por supuesto.

Había que decirlo


Desde pequeño sentí orguyo por mis herrores. Porque entre más errores tengo, más humano me siento.
Lo digo en serio, hará cosa de dos o tres años visité una demostración de BMX (Esas bicicletas para chicos, según el criterio de algunos). Entre saltos y piruetas uno de los bikers despliega una carrera arrolladora contra una de las rampas y transformar todo ese impulso en una serie de volteretas solo imaginables en un mundo de baja gravedad.
-¿Cómo lo hiciste? -le pregunté.
Se tomó un tiempo para responderme. Miraba hacia todos lados con la cara hinchada, temblando.
-No tengo idea -dijo antes de quitarme del medio para volver a lo alto de la rampa.
Supe que tenía razón cuando en el segundo intento se quebró una pierna. Supongo que el camino al infierno esta sembrado de buenas intenciones, pero el sendero que te conduce al cielo está plagado de golpes de suerte.
Tengo desde hace mucho esta sospecha de que los errores son en realidad una fuerza creadora o eurística, mucho mayor que los aciertos. Si no me creés, pensá en los rayos X o el zapatito de cristal de la cenicienta o la obra de kafka.
Vagamos a ciegas por el universo, tanteando de a poco en cada paso que damos con la única certeza de saber que siempre vamos a equivocar el rumbo. Sé que no existe el final del camino, que toda calle termina en otra, sea esta de tierra o pavimento. Y si por pura contrariedad uno no ve por donde seguir, simplemente continúa a través del campo minado de la realidad hasta encontrar un sendero nuevo.

Me parece que de aquí en más está advertido. La sumatoria de letras y espacio que ahora lee no deja de lado esta parte del código. El motivo principal serán los libros, las películas o cualquier otra cosa que nos interese compartir, siempre y cuando exija cierto esfuerzo. Hasta me vienen tantas ganas de seguir contando sobre ese día en el bikepark... pero lo dejo para la próxima. Ocasión en la que espero equivocarme mucho más.