viernes, 15 de mayo de 2009

Pobre libro tuyo




Voy a comenzar este blog de la misma forma que comenzó otro, acá paso el link. Aunque mi visión no es la misma.

Fuimos ricos, cultos, educados y decentes. En unas cuantas décadas nos convertimos en pobres, mal educados y corruptos. ¡Geniales! La indignación me tritura el cerebro, la ansiedad me arde en las entrañas y enrojece todo el sistema nervioso. Acudo hoy al subgénero del panfleto -eléctrico, insolente, visceral- para decir lo que siento sin tener que poner notas al pie o marear con citas. Lo que quiero transmitir es tan fuerte y claro que debo escupirlo.

Así empieza el libro. La verdad es que después de una mueca de gracia malintencionada me queda una pregunta flotando en el aire. ¿Quienes? Las clases acomodadas o el pueblo llano (llamado en estas épocas de elecciones soberano). Según Aguinis, el país del que habla es el de los primeros constituyentes inspirados por Alberdi. Y es ahí donde le encuentro respuesta a mi pregunta:
-¡Está hablando de los acomodados!-grito eufórico, con un eureka que se atora en mis cuerdas bocales.
Y es acá donde me pongo serio. Si hay un mito que ronda este país, un mito grande cómo la patria es ese de: "Acá eramos un país rico", "Este era el granero del mundo", "Aguinis es escritor", etc. Verdades tan verdaderas cómo cualquier mito de barrio. "Que Aguinis escribe bien", "que si decís tres veces Marcos frente al libro, él se materializa y te cuenta un cuentito para que te duermas contento y feliz", "Que la Argentina no termina en la general paz, acaba en Corrientes y Pueyrredon". Pero son leyendas urbanas, nada más. La Argentina de finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX tenía una taza de mortalidad infantil obsena, provincias del norte Argentino dejadas al amparo de las limosnas que recibían del puerto de Buenos Aires, analfabetismo generalizado, barbarie.
Pero claro, Aguinis sabe a quien le escribe: gente que cree que las AFJP eran entidades de bien social, que se alimentan de los noticieros para hacer el recuento de muertos del día antes de trabar todas las puertas, que son capaces de armar escándalo dentro de una librería porque no tienen mil ejemplares de nuevo libro de Cavallo junto a los quinientos de Ari Paluch, etc.
Marcos, te propongo el comienzo de tu próximo panfleto. Se que no parece tan recoleto, pero no tengo tu prosa rococó.

La culpa la tienen los pobres por votar cómo votan. Ellos siempre votan para hacernos daño. Por eso nunca van a progresar; porque son cabezas, negros y vagos.

Al menos parece un poco más sincero. Pero no te preocupes por hablar de las jubilaciones de privilegio (¿Quién dijo eso?), de la manipulación mediática, del empobrecimiento intelectual (Ya no del pueblo llano, sino de los intelectuales). Hacé lo mismo de siempre, habla mal del gobierno cuando no te dan trabajo y de los pobres cuando te afilías con algún candidato (Blanquito, bobo y neoliberal). Es eso o podés dedicarte a pedirle trabajo a los chicos de Loaded y empezar a criticar juegos de Play 3. Total a vos te saldría de taquito.
En definitiva, un libro escrito a las apuradas (Antes que mis amigos ganen las elecciones), con una tipografía tan grande que me hace doler la cabeza, parece que cada párrafo pasa por un altoparlante, que se lee rapidísimo por lo corto (Aunque para mí pudo economizar un poco más su prosa) y que al final (Si uno es una persona que utiliza la cabeza para pensar) tiene gusto a nada.

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿Por qué no voy a la feria del libro de Buenos Aires?



Vivimos en una época de grandes cantidades, más que de grandes calidades o cualidades. Ya nadie se pregunta si la última película sobre Wolverine es buena o no, siempre hay quien te pregunta primero:
-¿Cómo le fue en la recaudación?- y lo dicen con tal ansiedad que uno se pregunta si no hablo con el productor.
Claro que no soy de los que creen que un disco, un libro o un videojuego, por tener bajas ventas deba ser catalogado de inmediato como una buena obra. La mayoría de los productos culturales que venden poco se lo tienen merecido.
Sin embargo el éxito o el fracaso, en cuanto a ventas, es una cuestión de fortuna o marketing en la mayoría de los casos. Dudo que Ari Paluch se gane el premio Cervantes, por más miles de libros que venda y señoras babosas y faltas de cariño que se lo escuchen por radio. Ya sé Ari, lo mio es una desviación de mi karma áurico, que por efecto doppler tira para el lado del lila y no el verde manzana que usan las almas elevadas, quizás debido a un exceso de análisis y pensamientos.
Pero si hay algo en mundo que se ha vuelto una orgía de cantidades, es la feria del libro, el lugar donde los analfabetos funcionales buscan autógrafos o se sacan fotos con la primera cara conocida que encuentran.
-Pero la feria del libro de Buenos Aires es un evento que promueve la lectura.- Pensara alguno.
Si la mitad de las personas que va a la feria leyera la mitad de los libros que se recomienda que un humano lea a lo largo de un año, no habría tanta gente vagando por los pasillos con la mirada perdida, con cara de me consigo una foto con Horangel o Ludovica y me voy a ver showmatch.
La feria es tan buen promotor de la lectura, como una bodega lo puede ser la sobriedad. Llenos de libros por acá, por allá, los vendedores no tienen ni la más mínima idea de lo que venden ( Excepto las promotoras de revista gente, saben que el semanario tiene de ser posible lo mismo que ellas, pechos y traseros). Así que si la Feria promociona la lectura, hace por lo menos 35 años que viene fallando, que yo sepa es casi la misma cantidad de años en los que el libro vienen en decadencia.
A veces es patético ver a un autor querido lanzado sobre un escenario para hablar de su nuevo libro y no sabe qué decir (aparte de las preguntas zonzas, a falta de una palabra menos ofensiva, que les hace el público)
Pienso que en el fondo es la celebración más rara de la historia, propongo un slogan para el próximo año:
36 feria del libro de Buenos Aires "Donde los brutos* miran tapas de libros"

* Y digo brutos y no ignorantes porque lo último tiene cura porque es un problema social... Lo primero tiene síntomas y los vemos cada vez que hay elecciones.

martes, 5 de mayo de 2009

Un día de sol




Tuve poco menos de diez segundos para comprender del todo que pedalear tiene cierto parecido con la escritura.
Cada vez que busco molestar a alguien todo lo decide el clima. Si hay nubes y viento elijo un papel y una lapicera. Si hay sol prefiero pedalear. Porque es cierto, el mundo no está hecho para la escritura ni para las bicis. Habrá algún que otro carril exclusivo por ahí de cincuenta o cien metros, o cada tanto se acuerdan de recordar con tristeza a algún buen escritor que por ignorancia no saben que aún no murió. Pero nada más. Los padres rezan por las noche para que sus hijos no piensen cómo Perez Reverte o salten cómo Dave Smutok.
En el fondo los buenos escritores comparten con los buenos ciclistas la misma imagen bohemia, contracultural y cansada. Sobre todo en Ladinoamerica, donde la medida del éxito es cuantas sanguijuelas tu cuerpo puede alimentar antes de fallecer.
Por eso me gusta colarme entre los autos de la misma forma en que puedo dibujar con palabras un suspiro de resignación, subir a la vereda o inventar alguna mentira divertida, saltar obstáculos en el camino o empezar toda una hoja de vuelta, que la garganta atore toda la saliva de mi boca en un salto o cuando dejo que alguien más lea algo que escribí.
Dicen que los freerider son vándalos, que los ruteros se apropian de las autopistas, etc. En realidad uno se siente al pedalear cómo cuando uno escribe, que no hay lugar para uno. Circuitos cerrados, ningún bikepark público, bicisendas con cartel y todo que no tiene más de medio kilómetro.
Por eso no me sorprende, luego de vagar quince o veinte kilómetros, que la gente me mire con incredulidad o sorpresa. La misma mirada que usan cuando acaban de leer algo que acabo de escribir. Las dos son iguales se basan en la acumulación de pequeños esfuerzos que uno despliega por gusto, pero más que nada terquedad.

lunes, 4 de mayo de 2009

Superman all star



De este lado del hemisferio siempre tuvimos una predilección por la clandestinidad, los atajos legales. Eso es lo que representa Batman. El lado oscuro de una sociedad que no quiere cambiar el orden de las cosas, sino desplegar sobre una ciudad el miedo.
Superman a primera vista siempre representó sentimientos más ingenuos, pero por desgracia siempre prevaleció un significado proestadounidense en sus acciones, es su héroe y de nadie más. ( Y la verdad es que en el reparto de héroes, se llevaron la mejor parte, méritos de ser la primer democracia moderna)
Pero Superman All star es otra cosa.
En una misión de rescate al sol Superman sufre una sobrecarga de energía solar en sus células y estas empiezan a morir. Kal-el tiene cáncer y poco tiempo para llevar a cabo sus ultimos doce trabajos (no los detallo, porque no quiero arruinar la trama).
En primer lugar todo el tocho de setenta años de historieta quedan ligeramente de lado. La liga de la justicia, su muerte , resurrección y la ciudad embotellada se las nombra al pasar, pero el casamiento con la señorita Lane nunca pasó, Lex Luthor es una mente científica criminal extraordinaria no un empresario corrupto, etc.
Sin embargo el cambio sustancial en esta serie fuera de continuidad es Superman pasa a ser un héroe solar, mucho más universal que su homónimo de la serie regular. Pero lo más llamativo es su personalidad: aquí es un tipo mucho más campechano, que se da el lujo de sonreir cuando puede, de llorar, sentirse cansado y este Superman habla (Y sobre todo hace chistes), lejos de la imagen de mármol anodina de siempre. Lo raro es que al final, luego de explotar esta nueva personalidad, una de las últimas imágenes es la de un Superman que se aleja por completo de la idea que uno tiene de él.
Según Grant Morrison, el guionista, quiso pensar en un Superman más cercano al pueblo, porque en cierta forma cada vez que alguno de nosotros tiene que enfrentarse con un desafío la primer imagen que nos surge es abrirnos la camisa y tratar de convertirnos en el hombre de acero
Uno al leerla se siente que acaba de visitar a un amigo de la infancia que hace mucho no veíamos, supimos cosas de él y nunca dejamos de estar en contacto, y al final, cuando la última hoja se voltea sabemos que acabamos de verlo por última vez, él se fue y nosotros somos un poco más maduros que al principio. Habrá otros héroes, pero nadie cómo el que nos murmure al hombro después de salvarnos:
-Sos mucho más fuerte de lo que pensás.

sábado, 2 de mayo de 2009

Esto es seguro un repost



Al escribir Maradona en google recibo éste resultado. Es realmente un número ejemplar de sitios para un sólo hombre. Si Internet fuera mi biblioteca, habría una cantidad millonaria de libros sobre Diego en mi hogar, casi todos tendrían una portada y una extensión diferente, pero superada la lectura de cierta cantidad (incluidos los que están a favor y los que están en contra) todos se parecerían demasiado. Es hay donde me hago una reflexión: será que el CONOCIMIENTO es infinito, pero a la larga se vuelve REDUNDANTE.
La gran mayoría de lo que uno ve en televisión, en los diarios, la radio, los discursos políticos, este post es redundante. Sin embargo... ¿Por qué?... ¿Hay demasiada gente y muy pocas ideas?¿A todos nos gusta lo mismo?
No tengo la respuesta.
Pero al menos tengo una idea (que tampoco debe ser original) pero me imagino si algún día dentro del algoritmo de google o yahoo existiera un recurso que elimine del resultado los simples copy&paste. Creo que con eso solamente la mayoría de los resultados no pasarían de cien mil, en el mejor los casos.
Porque si en este tema hay algo que siempre me llamó la atención es el plagio (O repost). al comienzo sonreía cuando alguien transcribía fielmente un artículo o texto ajeno con un permiso al final que decía fuente. Ahora imagino el tiempo que el redactor original se pasó investigando o hasta fabulando y ya no me causa tanta gracia.
Pero es raro que esa misma necesidad de copiar pueda ser algo beneficioso. Que en esa sumatoria de escombros de información pueda existir algo de valor, tal vez el precio de la información es cavar hasta encontrar algo nuevo. Tal vez hay muchos que deben sentir orgullo al ver que otro copió y repitió su artículo en alguna parte lejana de Internet, transformado a este último en un voceador de palabras ajenas. No sé, yo me sentiría mucho mejor si alguien tomara mis palabras y las devolviera al mundo con algo novedoso.
Es sólo un deseo.

"El Terror" de Dan simmons



Cada vez que visito una librería pienso en los textos que encuentro a mi alrededor, dentro de los estantes que me rodean dentro. En eso paso por varias porquerías del mes: novelas rosas, novelas rosas de terror, el libro de un pelado que se cree gracioso y reflexivo... Toda una marea de papel desperdiciado... Hasta que me topo con: El terror.
Reconozco al autor de inmediato. Dan Simmons.

No voy a decir que el tipo es un genio, mejor voy a contarles lo que él debe hacer cada mañana. Creo que se levanta temprano, tiene pinta de ser de esos tipos que se bañan y afeitan antes de desayunar. La mujer es media vaga, de esas que se levantan después de las once. Lo digo con envidia, me da rabia no ser de esas personas que un día van a despertar y descubran que el mundo cambió mientras dormían. Sin embargo, la cosa es que Dan ( Así nos tuteamos) luego del baño sale a comprar el diario, compra medio kilo de pan, media docena de bola de fraile (La mujer hace dieta), y vuelve para desayunar cómo un rey. Solito, sin que nadie le diga nada porque moja las bolas en el Toddy mientras lee el diario.
En eso el tipo dice:
-¿Qué me escribo hoy? -se rasca la pera y pone cara de "estoy pensando, no me molesten" -Me hago una de terror histórico.
El tipo ahí nomás se levanta de la mesa (Deja todo donde está, la mujer después lo levanta, es una loca de la limpieza) camina hasta su estudio, pone un cartelito de silencio en la puerta y dos meses después aparece con un montón de hojas amarillentas escritas a máquina, en cuya portada figura un título: EL TERROR.
Otro novelón.
Si no me creés andá a cualquier supermercado y comprá Illion 1 y 2... o a cualquier librería de usados y preguntá por Verano tenebroso o Vampiros de la mente.
En el terror la cuestión es la supervivencia en un ambiente hostil. En éste caso: el ártico. Dos barcos, a mediados del 1800, el HMS Erebus y el HMS Terror; buscan un viejo mito: el paso del noroeste, que les va a permitir dar la vuelta al mundo mucho más rápido. Pero fracasan y quedan varados. Expuestos a los elementos, con el alimento agotándose, y sin un sólo tiro balanceado. Un día lindo en este lugar es con 15Cº bajo cero, y para colmo de males algo los está matando uno a uno.
Así escribe:

"Era el único hombre que se movía entonces, caminando junto a los hombres y mirando hacía la nieve, el hielo y el granizo que los rodeaba, como si se estuviese fraguando alguna travesura infantil. La luz era más fuerte ahora, a medida que la tormenta pasaba hacia el este y se alejaba. Eran casi las dos de la mañana y la nieve y las capas de granizo seguían intactas más allá de las piedras.
-Teniente -insistió Best -. Es Tom Hartnell.
-¿Qué pasa? -exclamó Gore. Empezaba su tercer recorrido del espacio.
-Que no está aquí. Me acabo de dar cuenta... No está con nosotros desde que salimos de la tienda.


Si te gusta el terror, placer de principio a fin. La forma en que describe cómo tus dientes pueden estallar de tanto tiritar por el frío, es imperdible. Si no te gusta el terror y lees novelas de Danielle Steel, ni siquiera te asomes a la contratapa.